Como primera entrada del blog, quiero empezar por hacer una crítica de mi película favorita hasta ahora: 'El Club de la Lucha' (1999), David Fincher.
Teniendo en cuenta que éste es mi primer artículo voy a hacer un par de aclaraciones antes de empezar con la crítica. Quiero aclarar que todo lo que escriba aquí es completamente personal y subjetivo, por lo que es posible que no compartas mi punto de vista. Por otra parte, no soy un gran experto en cine (uno de esos cinéfilos) ni pretendo serlo, así que mis críticas no estarán llenas de tecnicismos y términos cinematográficos demasiado complejos, sino que tendrán un tono algo más simple.
El Club de la Lucha (1999) es una película dirigida por David Fincher -también conocido por Se7en- catalogada como thriller psicológico y basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk (1996). Sus actores principales son: Brad Pitt, que interpreta al carismático Tyler Durden; Edward Norton, en uno de sus mejores papeles y Helena Bonham Carter, que hace el papel de Marla Singer, un personaje tétrico e inexplicablemente atrayente.
Hablar de la historia es un tema peliagudo porque decir demasiado sobre ella, sin necesidad de hacer spoilers, puede destruir la experiencia que ofrece esta película. Resumidamente se puede decir que habla de un hombre que padece de insomnio, cansado de su estilo de vida, que se cruza con un enigmático vendedor de jabón que lo empuja a una vida distinta. Partiendo de esa pequeña sinopsis, El Club de la Lucha puede parecer una película simple y poco sorprendente, sin embargo no es así.
El argumento de la película se desarrolla de manera progresiva, comienza con un ritmo lento que a veces peca de soporífero, pero según vas conociendo más detalles de la trama, más rápido avanza la historia, alcanzando un ritmo frenético y lleno de acción -con giro argumental incluido-.
El Club de la Lucha tiene un reparto envidiable, cuenta con Brad Pitt (Tyler Durden) en sus mejores tiempos, con Edward Norton (Narrador) que venía de hacer su mejor papel en American History X, y con Helena Bonham Carter (Marla Singer), más conocida por su papel de Bellatrix Lestrange en Harry Potter además de por ser la ex-mujer de Tim Burton.
Los personajes a los que interpretan son realmente complejos y enrevesados. Tyler y Marla tienen una personalidad exhuberante desde que aparecen en escena por primera vez, mientras que el protagonista experimenta una evolución a lo largo del filme; comienza siendo un personaje plano que es moldeado por Tyler y Marla durante la película.
Por otra parte, los personajes secundarios de la trama son escasos, simples y la mayor parte de ellos, intrascendentes en la historia. A diferencia de los tres personajes principales, los secundarios están relegados exageradamente a un segundo plano, valga la redundancia. Ninguno de ellos tiene desarrollo durante la película, son completamente planos e invariables.
Cabe decir que esto no tiene por qué ser necesariamente un error, cuando el libro plantea los personajes de la misma manera para que sólo centres tu atención en los tres protagonistas.
El director de esta película es David Fincher (uno de mis preferidos), y su seña de identidad está presente en muchos aspectos, tanto en la iluminación obscura y lúgubre típica de la comedia negra como en las brutales y, puede que excesivamente, sangrientas escenas de acción; que le dan al largometraje un estilo muy definido, lo cual es un gran logro del director.
Por otra parte, técnicamente esta película es excelente; los planos utilizados y la puesta en escena en cada momento del film son los adecuados la mayoría de las veces y se atreve a romper la cuarta pared dirigiéndose al espectador directamente sin desentonar ni parecer una serie de los 80.
Hay muchos aspectos que me encantan de esta película, sin embargo he de reconocer que no es una película perfecta ni mucho menos. Como he señalado antes, el ritmo al comienzo de la película es demasiado lento lo cual puede causar desinterés por el resto del metraje y los personajes secundarios tienen muy poca profundidad a pesar de tener características muy interesantes y pintorescas como Bob Paulsen y sus “tetas de hombre”, consecuencia del abuso de los esteroides, entre otras imperfecciones del film.
Sin embargo, sabiendo todo esto sobre el largometraje, sigue siendo mi favorita, y la pongo por encima de cualquier otra simplemente por un par de cosas: por la cantidad de curiosidades y detalles secretos que posee y por el discurso que defiende.
Me fascinó el hecho de haber visto la película cinco veces y haber descubierto nuevas referencias a diferentes aspectos de la propia película y nuevos detalles curiosos cada una de las veces que la ví. Éste es uno de los pocos largometrajes que te ofrece la oportunidad de verlo varias veces sin aburrirte.
Además, ‘El Club de la Lucha’, más allá de la historia que narra, contiene un mensaje que carga contra el consumismo y nuestro estilo de vida capitalista radicalmente y promueve romper con absolutamente todo para ser ‘libres’ y así lo demuestra constantemente durante la totalidad de la película mayormente en diálogos entre Tyler y el protagonista, siendo algunos muy destacables y de los que se pueden extraer algunas citas bastante remarcables.
Esto ha causado que se hable de ‘El Club de la Lucha’ como una película de culto que marcó a su generación, cosa que muy pocas películas consiguen.
‘El Club de la Lucha’ se ha convertido en mi película favorita, no sólo por su calidad y su estilo sino por su discurso y por estar repleta de detalles interesantes, que la convierte en una película que puede ser vista y disfrutada más de una vez.
Para terminar, me gustaría dejar un vídeo con la escena final de la película, cuya canción de fondo es ‘Where is my mind?’ de The Pixies, motivo más que de sobra para verla.
